19-09-2024
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La protección y restauración de los humedales altoandinos en los Anteproyectos de los Planes de Adaptación de Biodiversidad y de Recursos hídricos sometidos a consulta pública

La protección y restauración de los humedales en general y de los andinos en particular, tiene oportunidades bien concretas para avanzar, pues están en consulta pública dos instrumentos importantes. Los plazos vencen la primera semana de septiembre.

La Ley Marco de Cambio Climático mandata elaborar y/o actualizar distintos instrumentos de gestión del cambio climático, incluyendo a los Planes Sectoriales de Adaptación en recursos hídricos, biodiversidad,  zona costera, etc. ¿Por qué es importante lo que se establezca en estos planes? Ellos deben considerar una caracterización del sector y su vulnerabilidad, una evaluación de los efectos adversos del cambio climático y los riesgos actuales y proyectados, y -lo más importante- una descripción detallada de las medidas y acciones de adaptación que deberán implementarse, para lograr que los sistemas humanos, naturales y productivos, especialmente los más vulnerables, se adapten a la nueva realidad climática del país, con indicación de plazos de implementación y responsables.

Estos planes son instrumentos de carácter nacional, que junto con estar alineados a nuestros compromisos internacionales (estampados en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas) deben seguir los lineamientos de la Estrategia Climática de Largo Plazo, y complementarse con otros de carácter local, para asegurar las particularidades desde los diversos territorios, como por ejemplo, los planes estratégicos de recursos hídricos en cuencas (PERHC). Esta vinculante coordinación y coherencia que debe existir entre los instrumentos es esencial, pues por ejemplo:

1.- En la Contribución Determinada a Nivel Nacional nos comprometimos al 2025 a identificar zonas de turberas así como otros tipos de humedales a través de un inventario nacional y al 2030, tener desarrolladas métricas estandarizadas para la evaluación de la capacidad de adaptación o mitigación al cambio climático de humedales, especialmente turberas, implementando acciones para potenciar estos co-beneficios, en cinco sitios pilotos en áreas protegidas públicas o privadas del país. Además, al 2030 es un compromiso proteger al menos 30 humedales costeros, como nuevas áreas protegidas. Y al 2030, debemos elaborar los PERHC, considerando la adaptación al cambio climático, en las 101 cuencas del país.

2.- En la Estrategia climática hay disposiciones importantes para avanzar en la protección de la biodiversidad mediante soluciones basadas en naturaleza (como la conservación y restauración de humedales) y se consideran adicionalmente bastantes disposiciones específicas sobre estos ecosistemas.

3.- En las normas de los planes de cuenca, se debe aprobar un plan para hacer frente a las necesidades presentes y futuras de recursos hídricos (a 10 años) con preferencia en el consumo humano y la conservación y preservación de la naturaleza; donde se incluirá  una evaluación por cuenca de la disponibilidad de implementar e innovar en nuevas fuentes para el aprovechamiento y la reutilización de aguas, con énfasis en soluciones basadas en la naturaleza, “tales como la restauración o conservación de humedales”. 

En cuanto al Anteproyecto de Plan de Adaptación al Cambio Climático en Biodiversidad está vigente un primer Plan aprobado en 2014. Si nos centramos en propuestas para humedales, este Plan establece objetivos, líneas estratégicas y acciones específicas referidas a humedales costeros, humedales de tierras altas, humedales de turberas y humedales andinos. Vale la pena aclarar en este punto, pero sin profundizar, que los humedales altoandinos también en muchos casos son turberas. Pues bien, por ejemplo, como recomendaciones de adaptación en biodiversidad se señalan varios ejemplos de “actividades basadas en los ecosistemas”, considerando expresamente la defensa costera a través del mantenimiento o la restauración de humedales costeros para reducir inundaciones y erosión; y la gestión sostenible de los humedales de tierras altas y llanuras de inundación para el mantenimiento del flujo de agua y la calidad. Asimismo, se considera el diseño y desarrollo de una red de monitoreo de la biodiversidad que incluya “humedales altoandinos y costeros” y que se considere a los humedales como indicadores de la salud de cuencas hidrográficas. Asimismo, se traza como objetivo lograr la consideración de objetivos de biodiversidad en los instrumentos de planificación territorial urbana, planes regionales de ordenamiento territorial u otros y, en específico, se incluyen la conservación de humedales de turberas (acción 31) y la adaptación al cambio climático en humedales andinos (acción 32).

En diciembre de 2023 se dio inicio a la actualización de este Plan de biodiversidad, el cual se encuentra en consulta pública hasta el 5 de septiembre. ¿Qué dice de las turberas y humedales altoandinos? A diferencia de lo que ocurría en el Plan anterior, en el Anteproyecto se pierde toda medida concreta referida a ellos, aunque hace referencia a los “humedales”, pero es evidente que se centra en los urbanos y costeros. En cuanto al monitoreo de biodiversidad (medida 4) las acciones se redactan de manera general, ya sin referencia expresa a los humedales. Por otra parte, desaparecen las acciones 31 y 32, y se propone de manera general desarrollar acciones para aumentar la resiliencia de la biodiversidad, usando los instrumentos de la Ley del Servicio de Biodiversidad, con énfasis en la implementación de la planificación ecológica y su interconexión con los instrumentos de ordenamiento territorial; y para generar condiciones que aumenten la resiliencia de la biodiversidad y los ecosistemas frente a los incendios forestales propone como acción  actualizar la guía para incorporar objetivos de cambio climático en los instrumentos de ordenamiento territorial y otros similares. Finalmente, en cuanto a las Soluciones Basadas en la Naturaleza, el Anteproyecto plantea como medida iniciar acciones de restauración de la biodiversidad y humedales en cuencas pilotos para mejorar el servicio de provisión de agua.

En cuanto al Anteproyecto de Plan Sectorial de Adaptación de recursos hídricos, no existe un plan anterior, a pesar que el agua desde hace tantos años es nuestra mayor vulnerabilidad. La consulta pública dura hasta el 6 de septiembre. En materia de humedales y soluciones basadas en la naturaleza, destacamos:

El Plan reconoce y proyecta que los humedales se seguirán deteriorando, producto de la falta de precipitaciones y/o del aumento del nivel del mar, lo que implicará potenciales pérdidas de superficie y de los servicios ecosistémicos a los cuales contribuyen. Por lo mismo, establece como necesidad “mejorar en la protección” de acuíferos, lagos, lagunas y humedales, mediante cambios normativos.

Además, el Anteproyecto busca promover el aprovechamiento productivo sustentable de las aguas superficiales y subterráneas, desde un enfoque de Gestión Integrada de Recursos Hídricos en cuenca y para ello aspira a fortalecer la capacidad de las comunidades y sectores productivos para gestionar sus recursos hídricos de manera sostenible, aprovechando tecnologías, conocimientos tradicionales y soluciones innovadoras como por ejemplo la retención de agua enhumedales altos. Se señalan como sinergias de esta medida, los pueblos originarios y conocimientos ancestrales.

Más específico sobre las soluciones basadas en la naturaleza, si bien el plan acertadamente las establece como sinergias de distintas medidas, es destacable, en primer lugar, que se proponga como medida robustecer la planificación territorial y la capacidad de respuesta con enfoque de Reducción del Riesgo de Desastres en el ámbito hídrico, a través, por ejemplo, de la promoción de estas soluciones para conservar áreas naturales y mejorar la conectividad ecológica.En segundo lugar, se propone estudiar mecanismos e instrumentos económicos para la gestión de recursos hídricos para la adaptación al cambio climático explorando alianzas tanto nacionales como internacionales para promover la conservación de los servicios ecosistémicos hídricos y gestionar la demanda de agua, asegurando el consumo humano, la preservación ecosistémica y la función productiva en línea con estas soluciones.

En suma, es muy importante que al año 2024 se actualice el plan de adaptación en biodiversidad (que ya tenía 10 años) y se elabore el primer plan de adaptación en recursos hídricos. En ambos, la protección, la preservación, el uso sustentable y la restauración de los humedales, según el caso, deben tener medidas específicas asociadas, que puedan tener una adecuada y oportuna implementación y seguimiento. Ellas deben ser medidas y acciones claras que permitan cumplir los  compromisos internacionales, ser coherentes con los lineamientos de la Estrategia Climática de Largo Plazo y, finalmente, y muy relevante, ser medidas y acciones que si bien se elaboran en un instrumento nacional, permitan de manera amplia que luego en los instrumentos locales, puedan ser desarrolladas considerando la realidad ambiental, social y económica de cada cuenca. Hasta ahora, las dos propuestas son muy interesantes y vale la pena profundizar en ellas en pos de mejoras, pero es evidente que se focalizan en los humedales costeros y que hoy los humedales altoandinos más bien encuentran una referencia general en las medidas asociadas a implementar soluciones basadas en la naturaleza.

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Escrito por

Verónica Delgado. Abogada, Doctora en Derecho, Università degli Studi di Roma II, y Magíster de la Universidad de Tor Vergata (Roma-Italia). Directora de Núcleo Milenio en Turberas Andinas (AndesPeat), Profesora de derecho ambiental en la Universidad de Concepción, Directora de la Revista de Derecho y Directora del Centro en Derecho, Ambiente y Cambio Climático (DACC) de la misma casa de estudios Dominique Hervé. Abogada, Magister en Derecho Ambiental del University College London, Doctora en Derecho, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Directora del Programa de Derecho y Política Ambiental de la Universidad Diego Portales. Investigadora principal del Núcleo Milenio en Turberas Andinas (AndesPeat); Investigadora adjunta Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) María Ignacia Sandoval. Abogada, Magíster en Derecho del ambiente de La Sapienza Università di Roma, Italia. Doctoranda en Derecho de la Universidad Diego Portales, al alero del Proyecto Núcleo Milenio AndesPeat. Investigadora del Centro en Derecho, Ambiente y Cambio Climático (DACC).