Las necesidades y posibilidades de la realidad práctica como plataforma fundamental de la reforma a la Justicia civil.
En el contexto de la reforma a la Justicia civil, es esencial tener en cuenta criterios iluminadores que nos guíen hacia una mejora efectiva del sistema. Para ello, es importante considerar las necesidades y posibilidades que nos brinda la realidad práctica.
Vaya por delante que no puede revivirse la interminable polémica en torno a la oralidad y sus ventajas y desventajas, ya que es un ejercicio inútil a estas alturas. En su lugar, debemos enfocar nuestro análisis en la razonabilidad, la posibilidad y la utilidad, elementos que han sido pilares en las decisiones de legislaciones de avanzada durante el complejo proceso de introducción de la oralidad en el modelo procesal civil.
Es fundamental reconocer la contingencia de las formas procesales y abordar el análisis jurídico de la reforma a la Justicia civil sin desbordes.
Debemos introducir la oralidad y sus reglas conexas, con prudencia y sentido común, evitando excesos que la vuelvan imposible y, por ende, inútil o una mera farsa.
En resumen, debemos evitar enérgicamente los excesos teóricos que han caracterizado el tratamiento de estos temas importantes dentro de este gran desafío.
Debemos mantener una estrecha relación con la realidad práctica, basada en la experiencia acumulada de otras reformas, como las relacionadas con el ámbito familiar y laboral, es crucial.
Para lograrlo, se requiere prudencia, moderación y un agudo sentido práctico y realista.
Nuestro objetivo principal debe estar en analizar las ventajas y desventajas reales de los cambios propuestos sin ignorar la realidad en la cual se desarrolla el sistema judicial.
Consideramos que esta aproximación es la única vía para poner fin de una vez por todas a los mitos procesales improductivos y las modas doctrinales que han rodeado estas importantes cuestiones formales.
Estos elementos han contaminado y perjudicado el sistema, impidiendo que recojamos los frutos proporcionales a los enormes esfuerzos desplegados hasta ahora.
En conclusión, al repensar la reforma a la Justicia civil, debemos basarnos en criterios iluminadores que tomen en cuenta las necesidades y posibilidades de la realidad práctica. Esto nos permitirá avanzar hacia un sistema más eficiente, evitando excesos o desbordes meramente teóricos y manteniendo un enfoque siempre realista.
