12-03-2025
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Mauricio Benítez a un año de la entrada en vigor de la Ley Fintech: “Lo más importante es darles más tiempo a las empresas para adaptarse”

A un año de la entrada en vigor de la Ley Fintech en Chile, que regula a las empresas de servicios financieros digitales, el socio internacional de SW-Chile y académico de la USACH, Mauricio Benítez, analizó sus impactos en conversación con Actualidad Jurídica: El Blog de DOE.

Si bien destaca avances positivos, advierte que los altos requisitos regulatorios pueden afectar la viabilidad de las Fintech más pequeñas. En tanto, de cara al futuro, Benítez apuesta por la expansión regional de estas empresas y por la consolidación de Chile como un hub financiero.

¿Cuál es su evaluación general sobre la implementación de la Ley Fintech en Chile a un año de su entrada en vigencia?

Sí, ya ha pasado un año desde la entrada en vigor de la norma general de la Comisión de Mercado Financiero, la norma 502 de enero de 2024, que implementa la Ley 21.521, publicada en 2023. Esta ley regula el mercado de innovación financiera y tecnológica, lo cual es muy positivo.

Durante varios años, la industria estuvo en una etapa incipiente y venía impulsando la necesidad de una regulación que proporcionara un marco claro y, en términos generales, que ayudara a la industria a establecer límites y perímetros regulatorios.

No somos los primeros, ni seremos los últimos en hacerlo, pero vamos innovando de alguna manera. Sin embargo, antes de la ley, existía el «white paper». Cuando esta industria comenzó, en 2016 o 2017, solo había intenciones de autorregulación. Había voluntades que clamaban por alguna forma de regulación.

¿Cómo ha sido el rol de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) en la fiscalización y regulación de las entidades Fintech?

La Comisión de Mercado Financiero respondió positivamente a ese llamado a la autorregulación. Es decir, la industria estaba dispuesta a regularse, por lo que la Comisión intentó ayudar en ese proceso.

Así nació el famoso «white paper», que era un borrador con los lineamientos para una nueva ley. Ese documento fue madurando a lo largo de varias conversaciones con la industria.

De hecho, me tocó participar en varias reuniones como representante de la Fintech. En esas conversaciones, nos preguntábamos qué íbamos a regular. Decidimos empezar con la microfinanciación, un modelo de financiamiento colectivo donde los inversionistas colocan dinero en plataformas, y las plataformas, a su vez, prestan a los consumidores finales.

Esto fue parte de la norma como crowdfunding. Luego de varias discusiones, consideramos incluir otras verticales, como asesores de inversión, enrutadores de órdenes y plataformas de inversión. Finalmente, incluimos a los custodios de activos.

Así se llegó a lo que ahora está reflejado en la ley. En el proceso parlamentario, surgió un segundo capítulo relacionado con las finanzas abiertas. La idea era permitir que los consumidores pudieran acceder a su información financiera a través de instituciones acreditadas y empoderadas para ofrecer mejores servicios financieros. Este concepto de finanzas abiertas no estaba en el «white paper», pero se añadió durante la discusión parlamentaria.

La ley fue aprobada y publicada en enero de 2023, y la Comisión del Mercado Financiero dictó la norma 502, que da un año para la entrada en vigor de la ley. Este mes, el 13 de febrero, expiró el plazo para que las instituciones financieras se inscriban en el registro y soliciten la autorización para operar.

¿Ha habido un crecimiento significativo en el número de empresas Fintech registradas desde la promulgación de la ley?

Sí, ha sido un proceso gradual, y ahora, con la expiración del plazo de un año, tenemos más de 320 empresas registradas.

De ellas, más de 150 han solicitado la autorización para operar. Este ha sido el recorrido de la norma.

¿Cree que se han cumplido los objetivos principales de la ley en cuanto a competencia e inclusión financiera?

Creo que es un gran avance, aunque todavía hay dudas sobre la viabilidad de las Fintech. Muchas de ellas tienen ideas muy buenas, equipos sólidos (aunque a veces pequeños, de apenas dos o tres personas), pero enfrentan requisitos muy altos.

Se les exige un cumplimiento que no es proporcional al tamaño de estas empresas. Les piden lo mismo que a un banco, como equipos legales, auditorías financieras externas, entre otros. El desafío es saber cuántas de estas empresas seguirán subsistiendo, porque los requisitos de capital son fuertes.

Algunas empresas, como los custodios de activos digitales, deben tener colchones de capital que muchas no podrán mantener a largo plazo. Esto podría generar riesgos de insolvencia en el futuro.

Mauricio, ¿hay algún ajuste que usted cree que se le podría hacer a la ley para mejorar estos puntos?

Sí, yo diría que lo más importante es darles más tiempo a las empresas para adaptarse. Hemos sido muy estrictos con los plazos. Aunque el número de registros ha sido sorprendentemente alto, la obligatoriedad de la autorización para operar debería ser más laxa. Algunas entidades van a necesitar tiempo para poder operar formalmente.

Además, la operación formal requiere no solo la autorización, sino también el cumplimiento continuo de regulaciones, auditorías de estados financieros y gestión del riesgo operativo, lo que es una carga muy pesada para empresas pequeñas.

Por eso, creo que debemos darles más tiempo para adaptarse a la carga regulatoria y evitar que haya una avalancha de insolvencias en el futuro.

¿Cuáles son sus expectativas o proyecciones para el sector Fintech en los próximos años?

Creo que tenemos una gran oportunidad como Fintech chilenas de expandirnos en la región. Las Fintech que ya están operando en Chile se han vuelto más robustas y muchas ya están operando en otros países de la región.

Esa debiese ser la tendencia para las Fintech chilenas: operar bien y de manera sólida en Chile, pero también expandirse a países como Perú, Colombia y Ecuador, donde la necesidad de bancarizar es igual o incluso mayor que en Chile.

Chile está en una excelente posición para convertirse en un hub financiero y Fintech para la región. Ya hay algunas Fintech chilenas que están liderando en la región, y esa debe ser la tendencia para las demás. Debemos seguir regionalizando los servicios Fintech locales.

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