En conversación con Actualidad Jurídica, El Blog de DOE, Tania Busch, académica de la Universidad Nacional Andrés Bello, directora del Centro de Estudios del Desarrollo, directora de la Asociación Chilena de Derecho Constitucional y una de las coordinadorsa de la reciente publicación Actas Grupo de Estudios Constitucionales “Grupo de los 24”, subraya la relevancia de este rescate histórico.
A su juicio, el libro no solo llena un vacío en la memoria constitucional chilena, sino que también entrega aprendizajes vigentes: la importancia del diálogo en la diferencia y el valor de una reflexión democrática seria y respetuosa.
Después de más de cuatro décadas, ¿por qué consideras relevante publicar hoy las actas del Grupo de los 24?
La relevancia no es solo histórica. Hoy sigue siendo fundamental conocer las fuentes de nuestra historia y, desde mi perspectiva como académica de Derecho Constitucional, reflexionar sobre las instituciones es todavía pertinente, porque el problema constitucional chileno no está resuelto. Aunque ahora esté en pausa, tras los recientes procesos constituyentes que fueron intensos en lo político y lo social, las preguntas persisten.
Creo que la experiencia de transversalidad y el tono dialogante y convocante del Grupo de los 24 resultan especialmente valiosos como ejemplo, considerando que los dos últimos intentos de nueva Constitución fracasaron precisamente por no lograr el encuentro.
¿Qué vacío historiográfico o político viene a llenar este libro?
La historiografía, la ciencia política y la historia constitucional han olvidado el rol del Grupo de los 24. No se les prestó la debida atención en cuanto a la resistencia que, durante la dictadura y los primeros años de la transición, se hizo a la Constitución de 1980. Y es muy relevante, porque este trabajo se convirtió en la principal fuente de las reformas posteriores, las de 1989 y 2005.
Paradójicamente, el aporte de los principales críticos a la Constitución del 80 permitió su propia supervivencia: gracias a esas reformas, la Carta del 80 se volvió tolerable para la democracia chilena.
En un contexto donde los procesos constituyentes recientes no prosperaron, ¿qué aporta esta publicación a la reflexión democrática actual?
Además de los contenidos sustantivos, como propuestas que siguen pendientes —pienso en la profundización de los derechos sociales o en la creación de una Defensoría del Pueblo—, este libro muestra la rigurosidad de la reflexión del Grupo de Estudios Constitucionales y su insistencia en converger a pesar de las diferencias. Esa disposición al diálogo puede inspirar las reflexiones que vendrán. Porque, aunque no se puede prever lo que de aquí en adelante aparecerá, sí es claro que necesitamos aprender de ese coraje y capacidad de encuentro.
¿Qué diferencia hace el tener acceso a las actas completas y no solo a documentos fragmentados o estudios posteriores?
Cuando se trabaja solo con fragmentos, es fácil caer en lecturas sesgadas. Tener la recopilación completa permite contrastar visiones y reconocer desacuerdos que siguen vigentes, como la discusión sobre el sistema de gobierno: presidencialismo o semipresidencialismo. Este es un debate que no logró resolverse entonces y que hasta hoy divide a la política chilena.
Tú has dicho que el trabajo del Grupo de los 24 fue un bastión de principios democráticos en dictadura. ¿Cómo crees que esa voz dialoga con la crisis de legitimidad que vive la política chilena hoy?
Lo interesante de tener todo el material reunido es que podemos ver tanto los acuerdos como las diferencias, y trazar esas divergencias hasta el presente. Incluso es posible reconocer “herederos intelectuales” de esas posiciones en la política actual.
La crisis de legitimidad que atraviesa nuestra democracia no debe transformarse en descreimiento, sino en una demanda por profundizarla. Los problemas de la democracia se arreglan con más democracia, y ese es un mensaje clave en tiempos de regresiones autoritarias a nivel mundial.
El libro no solo es memoria histórica, también es insumo para el presente. ¿Qué aprendizajes crees que deberían recoger las nuevas generaciones a partir de este rescate?
Los aprendizajes son, a mi juicio, dos. Primero, aprender a converger dentro de la diferencia. Segundo, el coraje. Y aquí quiero enfatizar que coraje no significa estridencia. Hay también mucho coraje en una reflexión pausada, respetuosa y seria. Tal vez en los últimos tiempos hemos creído que el coraje tiene que ver solo con lo estridente, y no es así. Esa valentía serena del Grupo de los 24 es, creo, una enseñanza profunda para las generaciones de hoy.
¿Qué mensaje quisieras dejarle al lector que se acerca a este tomo por primera vez?
Cada lector se acerca a los textos con su propia historia. Lo único que quisiera transmitir es un mensaje de agradecimiento por valorar este material y los aportes que pueda generar. La relación entre autores y lectores es recíproca, se va construyendo y enriqueciendo con el tiempo. Espero que este libro sea considerado un aporte valioso.
El libro Actas del Grupo de Estudios Constitucionales, Grupo de los 24, Tomo I, lo puedes descargar de forma gratuita en el siguiente enlace