24-11-2024
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La retórica populista: (ab) uso de un discurso polarizante

La retórica populista se ha convertido en una fuerza influyente en la esfera política contemporánea, caracterizada por el uso deliberado de un discurso polarizante que busca dividir a la sociedad en «nosotros» y «ellos» en una lógica claramente maniquea.

Este fenómeno no se limita a una región específica, ya que líderes políticos en diferentes partes del mundo han adoptado tácticas populistas para ganar apoyo, votos y consolidar poder. Al examinar la retórica populista, es clave comprender sus elementos fundamentales y los riesgos asociados con su utilización.

En primer lugar, la retórica populista a menudo recurre a la simplificación excesiva de problemas complejos, presentándolos de manera burdamente binaria.

Este enfoque polarizado no solo omite matices cruciales, sino que también alimenta la creación de narrativas divisivas. La construcción de un «nosotros» virtuoso frente a un «ellos» percibido como amenaza crea una dinámica que puede exacerbar tensiones sociales y conducir a la alienación de comunidades enteras.

El lenguaje inflamatorio e incendiario es otra característica distintiva de la retórica populista. Los líderes que adoptan este enfoque a menudo recurren a términos emotivos y cargados de connotaciones para movilizar a sus seguidores. Esto no solo sirve para captar la atención, sino que también puede desencadenar respuestas emocionales intensas, evadiendo el análisis racional y fomentando la lealtad basada en la identificación puramente emocional postergando la evaluación crítica.

Un aspecto clave de la retórica populista es la identificación de “chivos expiatorios”. Al señalar a determinados grupos como culpables de los problemas percibidos, los líderes populistas buscan consolidar su base de apoyo al ofrecer soluciones simplistas. Este mecanismo de señalar a «ellos» como los responsables de los males de la sociedad puede tener consecuencias graves, desde la discriminación hasta la violencia, y mina la cohesión social. Un ejemplo: los inmigrantes. Otro: los delincuentes (no los de cuello y corbata por cierto).

La promesa de soluciones rápidas y drásticas es otra estrategia común en la retórica populista. Ya sea la construcción de cárceles inhumanas (made in Bukele), la implementación de medidas radicales o la adopción de políticas extremas (Indonesia, un ejemplo, entre varios), estas propuestas buscan satisfacer las demandas inmediatas de la base de seguidores. Sin embargo, la realidad compleja de los desafíos políticos y sociales a menudo requiere enfoques un poco mas desarrollados y a largo plazo.

Los riesgos asociados con la retórica populista son evidentes. En primer lugar, la polarización extrema puede conducir a la parálisis política, ya que se dificulta la búsqueda de consensos y compromisos. Además, la merma de la confianza en las instituciones democráticas puede tener consecuencias duraderas, debilitando los cimientos de la gobernanza democrática. Y eso se paga caro.

La retórica populista también plantea amenazas a la diversidad y la inclusión. Al construir narrativas basadas en la exclusión de «ellos», se fomenta la hostilidad hacia minorías y grupos marginados, erosionando los principios fundamentales de igualdad y respeto por la diversidad que deben ser parte de un mínimo civilizatorio de un Estado democrático.

Abordar los desafíos planteados por la retórica populista requiere un enfoque que no sea unidimensional. En primer lugar, es esencial fomentar la alfabetización mediática y promover la educación cívica para fortalecer la capacidad crítica de la sociedad frente a discursos simplistas. Además, los líderes políticos y las instituciones democráticas deben trabajar para abordar las preocupaciones legítimas de la ciudadanía de manera inclusiva y constructiva, evitando la tentación de caer en la trampa burda de la polarización.

En definitiva, la retórica populista, con su uso de un discurso polarizante, representa un desafío significativo para la estabilidad democrática y la cohesión social, si es que aún le importa esto a alguien en este país.

Entender sus mecanismos y riesgos es fundamental para desarrollar estrategias efectivas que fortalezcan la resiliencia y resistencia de las sociedades frente a estas tendencias polarizadoras que no van a dejar pasar su oportunidad.

El virus populista está avanzando en democracia y se ampara en un amplio descontento (real o ficticio) donde el peligro está servido, pues si algo necesita un populista es un un ambiente enrarecido para encender la mecha.

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Escrito por

Abogado y Académico Universidad de Talca, Doctor en Derecho Procesal Universidad Complutense de Madrid.